Cuidado con lo que publicamos en las redes sociales

Cuando se refiere a nuestros hijos, por favor, ¡cuidado!, ahora puede parecer muy inocente, pero cuando sean adolescentes esto les hará daño.

En las redes sociales cada día me sorprendo cuando una de mis cuentas veo las cosas tan absurdas que muchas personas publican, me parece sorprendente el nivel de descaro y descuido cuando de publicar se refiere.

Soy consciente de que las redes sociales si se usa de manera correcta es una gran herramienta, y digo esto, porque nos permite estar en contacto con amigos, compartir informaciones importantes, e incluso mantenernos al tanto de las últimas noticias; pero, las redes sociales tienen otros aspectos de los que tengo que estar en contra, ya que este medio es usado para esparcir falsas noticias, contenidos inmorales, provocar problemas y ser un medio donde las personas con intenciones no tan agradables acechan para perjudicar a otros.

Por las razones que acabo de mencionar quiero compartir con ustedes 7 cosas que nunca debes compartir en las redes sociales

• Divulgar tus problemas personales: Es peligroso publicar asuntos que son muy personales y delicados para ti y tu familia. Si bien pudieras encontrar apoyo de tus amistades, es evidente que también vas a tener la intervención de personas que se aprovecharán de la situación y no te aportaran nada bueno. Antes de publicar este tipo de informaciones debes pensar en las repercusiones que esto puede tener para tu esposo(a), tus hijos, personas queridas y en ti mismo.
• Fotos de bebes o niños desnudos, o con poca ropa: Aunque la foto de bebé desnudo pueden ser súper inocente y adorable, no debemos NUNCA compartir esto. Hay demasiada gente por ahí con muy malas intenciones, y pueden usar esas fotos para cosas no tan inocentes.
• Historias vergonzosas de otras personas: Nunca compartas historias como estas, aunque puedan parecer chistosas, ya sea de tu esposo(a), de tus hijos, de tus amigos sin pedir autorización. Realmente creo que nada que pueda herir a otras personas debemos publicarlas, sobre todo porque luego que está en las redes sociales, aunque la quitemos ya el caso ha sido expuesto públicamente y de alguna manera u otra puede quedar en las redes. Cuando se refiere a nuestros hijos, por favor, ¡cuidado!, ahora puede parecer muy inocente, pero cuando sean adolescentes esto les hará daño.

Si no tienes nada edificante que decir, mejor no digas nada.

• No publiquen ningún tipo de información personal: Debemos tener presente las terribles consecuencias para nosotros y nuestras familias por el robo de identidad. Con frecuencia he visto la licencia nueva o el pasaporte, publicado como si no hubiera ninguna implicación al hacerlo. Esto es muy delicado, ¡cuidado!
• No desacredites a otros: Nuestro mundo está lleno de negatividad; ¿por qué añadirle más? Si usted está molesto acerca de cómo alguien llamó a su bebé, o por el color con que su vecino pintó su casa, ¿Crees que publicar tu opinión va a ayudar a cambiar la situación? Con esto solo difundes más negatividad y odio. Si no tienes nada edificante que decir, mejor no digas nada.
• Fotos groseras: Cuando veo cosas como estas, me pregunto cosas como: ¿Se ha perdido por COMPLETO el amor natural?, ¿Qué ganan con estas publicaciones? Claro, es tu foto, y es tu cuenta, pero las fotos aparecen automáticamente en el feed de otra persona, ¿Para qué lo haces?

¡Por favor!, seamos sensatos y juiciosos, y enseñemos a nuestros hijos a ser así.

• Temas que no quieres que nadie sepa: Si de verdad odias tu trabajo, o comienzas a inventar sobre actividades que realmente no has ido, como un concierto, etcétera, probablemente no sea una buena idea publicar eso. Varios puestos de trabajo se han perdido por personas que publican acerca de cuánto odian a su jefe, o realmente no les gusta ir a trabajar. ¡Por favor!, seamos sensatos y juiciosos, y enseñemos a nuestros hijos a ser así.

Que el Señor nos ayude a ser personas entendidas con este tema, y a glorificar el nombre de Cristo por medio del uso de esta y cualquier otra Red Social que tengamos.

Escrito por: Charo Michelén de Pablo.

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