5 cosas que debemos hacer con la Palabra de Dios
Escrito por Eternidad Plus el 17/01/2020
Los cristianos tenemos en la Palabra de Dios el objeto más poderoso en nuestras manos. Pero eso no garantiza buenos resultados. Es como la dinamita: poderosa, pero no la ponemos en manos de cualquiera para que la utilice como él piense. ¡Cuánto poder en la dinamita! Pero debe usarse correctamente. Lo mismo ocurre con la Palabra.
Es posible conocer mucho la Biblia y atender a buenos sermones sin ser transformados verdaderamente. Teniendo eso en cuenta, aquí hay cinco mandatos bíblicos sobre qué debemos hacer con la Palabra:
1. Desearla intensamente
“Por tanto, desechando toda malicia, y todo engaño, e hipocresías, y envidias y toda difamación, deseen como niños recién nacidos, la leche pura de la palabra, para que por ella crezcan para salvación”, 1 Pedro 2:2.
Somos llamados a desear la Palabra. Pero hay cosas que ahogan el deseo por ella: la malicia, el engaño, la hipocresía, las envidias y la difamación. Así que debemos desechar lo dañino para aprovechar realmente los nutrientes de la Palabra (Mt. 4:4).
2. Recibirla con humildad
“Por lo cual, desechando toda inmundicia y todo resto de malicia, reciban ustedes con humildad la palabra implantada, que es poderosa para salvar sus almas”, Santiago 1:21.
La Biblia no es una palabra de un igual a ti: ella proviene del Soberano del universo, y debemos tener una actitud de siervos ante Él. Te recomiendo leer en 1 Samuel 3 el ejemplo del joven Samuel para nosotros. Si queremos experimentar la fuerza transformadora de la Palabra de Dios, tenemos que recibirla con la actitud apropiada: “Pero a éste miraré: Al que es humilde y contrito de espíritu, y que tiembla ante Mi palabra” (Is. 66:2b).
3. Deleitarnos en ella
“¡Cuán bienaventurado es el hombre que no anda en el consejo de los impíos,
Ni se detiene en el camino de los pecadores,
Ni se sienta en la silla de los escarnecedores,
Sino que en la ley del Señor está su deleite,
Y en Su ley medita de día y de noche!”, Salmo 1:1-2.
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No somos llamados solamente a desear y recibir la Palabra, sino también a contemplar y admirar su belleza de tal manera que meditemos constantemente en ella. El hombre del salmo 1 puede apartarse del camino de los pecadores y vivir para Dios porque tiene en la Palabra un deleite mayor que el que pueda ofrecerle cualquier otra cosa en el universo.
4. Obedecerla
“Sean hacedores de la palabra y no solamente oidores que se engañan a sí mismos”, Santiago 1:22.
De nada nos sirve saber mucho de la Biblia y escuchar buenos sermones si no ponemos en práctica lo que aprendemos. El amor de Cristo nos mueve a vivir en obediencia a Él (Ro. 12:1-2). Tenemos un gran potencial para hacer cosas grandes para el Señor, y eso dependerá de nuestra obediencia a su Palabra.
5. Sostenerla firmemente
“Para que sean irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin tacha en medio de una generación torcida y perversa, en medio de la cual ustedes resplandecen como luminares en el mundo, sosteniendo firmemente la palabra de vida”, Filipenses 2:15-16.
En un mundo torcido y perverso, lleno de oscuridad moral, podemos ser como luminarias sosteniendo firmemente la Palabra, sin intimidarnos por los demás.
Vivimos en una sociedad donde se hacen encuestas para ver qué piensa la gente y en base a eso tomar decisiones. Pero los cristianos no necesitamos encuestas para conducirnos en la vida: solo nos interesa saber qué dice Dios. Como decía Francis Schaeffer, el cristiano ordinario con la Biblia en su mano puede afirmar que la mayoría está equivocada. No hay nada mejor, ni más seguro, a lo cual aferrarnos.
En realidad, la Palabra de Dios no necesita ser sostenida para ser verdadera. ¡Es ella la que nos sostiene a nosotros! Pero el punto es que la forma en que vivamos esa Palabra, puede hacer a otras personas pensar de una manera u otra acerca de ella y Dios. Como Pablo enseña en Tito 2:5, la conducta impura lleva a que la Palabra sea blasfemada; la conducta correcta lleva al sostenimiento firme de la Palabra.
Escrito por:
Salvador Gómez Dickson, panelista del programa: Entendiendo los tiempos que se transmite por nuestra emisora.
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