Pautas para educar a tus hijos pausadamente.
Escrito por Eternidad Plus el 06/09/2019
Hoy en día como padres recibimos tantas presiones de los medios sociales, del sistema educativo, del mundo y amigos que nos rodean e incluso tristemente aún a veces de hermanos de la iglesia cuando de la educación de nuestros hijos se refiere qué nos sentimos frustrados e incluso angustiados ante tantos ataques de tantos diferentes lados que nos sentimos abrumados.
a ira y la frustración son emociones humanas universales, pero eso no significa que tenga que ser víctima de sentimientos negativos. Como adultos, tenemos la obligación con nuestra familia y con nosotros mismos de evitar que nuestras emociones se apoderen de nosotros.
Seamos sinceros. ¡La paternidad puede tornarse dura! Cuando simplemente quieres ir al baño solo o ducharse durante más de dos minutos sin escuchar pequeños pasitos fuera de la cortina, puede ser increíblemente frustrante. O, cuando le has dicho a su hijo por enésima vez que apague la luz cuando salen de una habitación, puede hacer que quieras arrancarse el pelo.
Tristemente una forma errada que los padres expresan su frustración y su enojo es gritandoles a sus hijos. No es porque quieran necesariamente, sino porque a veces se sienten tan abrumados que pierden el control. Otras veces puede ser más fácil gritar que aprender estrategias para convertirse en un padre más tranquilo.
Los estudios demuestran que gritar hace que los niños sean más agresivos, física y verbalmente. Como padre, alzar la voz al punto de gritar asusta a los niños y los hace sentir inseguros. Se ha demostrado que causa efectos a largo plazo, como ansiedad, baja autoestima y mayor agresión. Un padre que está tranquilo (calmado) es tranquilizador, lo que hace que los niños se sientan amados y aceptados a pesar del mal comportamiento.
Sin embargo, debo reconocer que tenemos la oportunidad de poder elegir diferentes respuestas en cada situación y qué si estuviéramos calmados seriamos capaces de escoger la respuesta correcta.
Hay muchas respuestas que puedes elegir cuando se enfrenta a una situación que hace que su sangre hierva. ¡Encontrar la paz es posible! Aprende a manejar tu ira y llega a una solución pacífica usando estas estrategias:
- Considere las Consecuencias Negativas de Expresar la Ira: Es tentador dar riendas sueltas a su exasperación a corto plazo, pero ceder a la ira puede causar aún más desafíos. Antes de atacar a sus hijos o de tomar lo que considera acciones apropiadas, considere cómo serán las cosas cuando el torbellino del momento desaparezca.
- Date un Tiempo de Espera (O Tiempo Fuera). Los tiempos de espera o tiempo fuera o no son solo para niños pequeños. Los adultos también necesitan tiempos de espera o descansos cortos para calmarse. Respirando profundamente, date unos minutos para permitir que un nivel de razón regrese a tu mente. Muchas veces suelos decir a los padres, sí estás muy airado cuenta hasta veinte, toma un vaso de agua y luego habla con tú hijo, de manera que lo hagas correctamente, sea que puedas corregir en AMOR. Estarás en un mejor lugar para tomar las decisiones adecuadas sobre la crianza de los hijos.
- Cuando sea Apropiado, deje que los miembros de su familia se equivoquen. No es tu trabajo demostrar que alguien está equivocado; solo permita que se equivoquen. Si tienes un fuerte deseo de mostrarles que están incorrectos, esa es la necesidad de tu ego. Por supuesto, es su responsabilidad como padre educar a sus hijos entre lo correcto y lo incorrecto. Al final del día, sin embargo, no puede controlar las elecciones que hacen y, en última instancia, tendrán que aprender de las consecuencias cuando experimenten errores de juicio.
- Decide cuál es más importante: ser feliz o tener razón. Muchos argumentos son el resultado del deseo de tener razón. Si eliges ser feliz por ganar cada discusión acalorada con sus hijos, su vida será más agradable y, en general, se convertirá en un padre más relajado. ¿Qué es más importante para ti?
- Tómate un minuto para notar tu ira. En lugar de reaccionar sin pensar a tu frustración, tómate un momento para discernirla. Imagina que eres un tercer testigo de tu irritación y molestia. ¿Qué se siente para ti? ¿De dónde viene la emoción en tu cuerpo? ¿Se siente en la cabeza, el pecho o el estómago? ¿Ha cambiado tu respiración? ¿Te tiemblan o te aprietan las manos? Cuándo eres capaz de desconectarse de su ira, puedes obtener una perspectiva diferente y debilitar sus emociones negativas.
- Pregúntate por qué estás molesto. ¿Alguien te lastimó físicamente? ¿Te decepcionaron? ¿Violaron uno de tus valores? Descubre por qué estás frustrado y podrás seguir los pasos necesarios para descubrir una solución.
- Concéntrese en el panorama general. Imagine que sabía que el mundo llegaría a su fin el próximo viernes. ¿Te enojarías si tu hijo no colgara su mochila? Por supuesto que no. A veces, nos enojamos por nimiedades.
- Busque soluciones, en lugar de intentar sentirse mejor. Actuar con ira se trata de hacerte sentir mejor. En lugar de gritarles a sus hijos, por ejemplo, trabajen para encontrar una solución pacífica. El resultado será mucho mejor y bien valdrá la pena.
- Asegúrate de entender la situación. ¿Por qué enojarse con sus hijos antes de conocer los hechos? Asegúrese de que el problema no sea una posible falta de comunicación.
- Aprende a orar y esperar en Él Señor : sólo ahí podemos depositar a nuestros hijos y sentirnos seguros, es nuestra verdadera ayuda y nuestro pronto auxilio y SIEMPRE podemos esperar en EL. Es importante que nuestros hijos vean nuestra dependencia de nuestro Glorioso Salvador pues de esta manera ellos aprenderán a vivir una vida de dependencia del Señor.
Oh Padre, venimos ante él Trono dé la gracia a suplicarte que nos enseñes a ser padres capaces de educar a nuestros hijos en Tú amor, en Tu ejemplo y Tú Gracia dé manera que Tú Santo Nombre sea exaltado cada día por media de Jesucristo.
Escrito por: Charo Michelén de Pablo, productora del programa “Cápsula Educativa” que se produce en nuestros estudios.