El drama de la crucifixión

Escrito por el 11/04/2022

La muerte de Cristo era un espectáculo en el cual hasta la naturaleza misma se involucró y se conmocionó.

“Toda la multitud de los que estaban presentes en este espectáculo, viendo lo que había acontecido, se volvían golpeándose el pecho. Pero todos sus conocidos, y las mujeres que le habían seguido desde Galilea, estaban lejos mirando estas cosas” (Lucas 23:48)

Es lamentable que a lo largo de la historia, la crucifixión ha sido en la mente de muchos, un incomprendido espectáculo.

El mundo celebra lo que se ha denominado Semana Mayor o Semana Santa. Un tiempo en que muchos aprovechan para irse de playa, de vacaciones, de bonche, y en el caso de otros que presumen más espiritualidad, irse a su parroquia a darse un baño de religión, comer la hostia, besar la cruz de yeso, hacer procesiones en las calles, y un largo etcétera.

Pero no dejo de preguntarme : ¿Hasta qué punto la gente (incluyendo a personas muy religiosas) entienden lo que están celebrando? ¿Realmente se entiende el mensaje de la cruz? ¿Qué lugar ocupa la cruz o la muerte de Cristo en la mente de muchos?

Es importante leer las Escrituras creativamente, (los predicadores y maestros deben hacer esto, trasladarse a la escena para poder entenderla).

Es importante que imaginemos el drama de la crucifixión como se enseña en la Biblia. Pero debemos imaginarlo libre de prejuicios, de las cosas que hemos oído y visto desde niños, y tratar de ver escrituralmente aquella escena, y vamos a sentir de ella, que era como un tremendo espectáculo lo que estaba pasando en la crucifixión.

Un espectáculo cargado de mucho dramatismo: Allí estaba Cristo, colgado entre el cielo y la tierra, en dos trozos de madera cruzadas, colgado ahí encima, con una inscripción que decía : “Este es Jesús Nazareno, Rey de los judíos”, como si fuese un rey crucificado y envilecido.

Era un espectáculo en el cual hasta la naturaleza misma se involucró y se conmocionó: Hubo un eclipse de 3 horas total de sol, el velo del templo se partió por la mitad  en la muerte de Cristo.

Cuando Él expiró hubo un terremoto en que la tierra tembló y los sepulcros se abrieron en los cementerios. Como si la naturaleza y la tierra misma no podía soportar apacible ese acontecimiento, el espectáculo que estaba pasando.

Y era tan dramático, y en ciertos momentos tan aterrador, que muchas personas ante la muerte de Cristo, empezaron a huir de espaldas a la cruz golpeándose el pecho, ¡llenos de terror ante ese espectáculo!

Aclaro que la palabra espectáculo no es un invento personal, la dice Lucas en el capítulo 23 de su evangelio.

Vs.48 Y toda la multitud de los que estaban presentes en este ESPECTÁCULO, viendo lo que había acontecido, se volvían golpeándose el pecho. Pero todos sus conocidos, y las mujeres que le habían seguido desde Galilea, estaban lejos mirando estas cosas” (énfasis añadido)

Estaban “mirando estas cosas”, pero sin entender lo que estaba pasando allí aquel día. Sin embargo, no es diferente al día de hoy, pues como aquellos que estaban mirando aquel espectáculo, nuestra generación tampoco comprende la cruz de Cristo.

Aunque la cargan en el cuello como si fuera un amuleto o un azabache, ignoran por completo la verdadera naturaleza de la crucifixión. ¿Por qué razón? “Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden, pero a los que se salvan, esto es a nosotros, Cristo es poder de Dios y sabiduría de Dios.” (1 Corintios 1:18)

 Algunos ven en la muerte de Cristo, un martirio más, una víctima de los judíos, un muerto a destiempo o “el mártir del Gólgota” como otros le llaman. Sin embargo, Jesucristo no fue un mártir.

Por eso, el apóstol Pablo, hablando de judíos y griegos dice que él solamente predicaba a Cristo y a este crucificado.

Y a los Gálatas dijo: “Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo. (Gálatas 6:14)

No tenemos ningún motivo humanamente hablando para gloriarnos, sino que vemos en la cruz, nuestra miseria de que Cristo muriera en nuestro lugar. Toda nuestra gloria está en la cruz del Señor.

La cruz es la única provisión de Dios para nuestra justificación. “He ahí el cordero de Dios que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29)

Escrito por:

Félix Monegro, Director de producción y locutor de Eternidad Plus . Puedes seguirlo en sus redes sociales Instagram y en su canal de YouTube


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