La falta de comunicación en el matrimonio
Escrito por Eternidad Plus el 28/02/2020
No puede haber un buen matrimonio si no existe una buena comunicación.
La base de toda relación es la comunicación. Cuando del matrimonio se trata, me gusta definir el término comunicación como “90% escuchar y solo 10% hablar.”
Un principio básico para una buena comunicación es oír mas, hablar menos y tener dominio propio, esto es fundamental. “Todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar y tardo para airarse” (Santiago 1:19).
Muchas veces ocurre que los cónyuges invierten esto y cada uno quiere hablar más y oír menos. Pero ese es un error, pues el escuchar es el 90% en una buena comunicación. La falta de una buena comunicación es uno de los principales enemigos del matrimonio. No podemos pretender establecer una buena relación de pareja sin que se presenten momentos de conflictos en los que toda pareja tendrá que sentarse a dilucidar ciertos asuntos.
Ahora bien, toda pareja debe saber que existen obstáculos que impiden una buena comunicación. Por ejemplo: no saber discutir un asunto. Note que no estoy hablando de contender sino de discutir, existe una gran diferencia entre discutir y contender. A juicio de algunos es normal que los matrimonios peleen, pero eso es falso. Es normal que haya conflictos, choques de ideas, pero no pleitos.
La contienda busca un ganador, pero no la solución de un problema. La contienda genera enemistad y genera heridas pero nunca la solución a un problema, por el contrario, lo agrava más.
¿Qué debemos hacer para evitar la contienda en un proceso de discusión?
- Mantener nuestras emociones bajo control.
Esto significa en la práctica, no dejarnos arrastrar de la ira pecaminosa. “Airaos pero no pequéis, no se ponga el sol sobre vuestro enojo ni deis lugar al diablo” (Ef.4:26,27)
- Debemos establecer reglas para la discusión.
¿Cuáles son esas reglas?
#1 Comprométase a no usar palabras hirientes u ofensivas. “La blanda respuesta quita la ira, mas la palabra áspera hace subir el furor” (Pr.15:1). “Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca sino la que sea buena a fin de dar gracia a los oyentes” (Efesios 4:32)
#2 Diga lo que tiene que ver con el tema que se está discutiendo en el momento, sin traer a colación cosas que ya pasaron. “El hombre se alegra con la respuesta de su boca, y la palabra a su tiempo cuan buena es” ( Pr. 15:23). “Manzana de oro con figuras de plata es la palabra dicha como conviene”. ( Pr. 25:11)
En una discusión sana de pareja hay cosas que no conviene traer a colación.
- Busque soluciones.
Pero recuerde que para ello es necesario estar dispuesto a oír más y hablar menos.
4. Tenga presente que el perdón es parte del proceso.
Mientras permanezcamos en este cuerpo de muerte será imposible evitar que surjan ofensas; por lo tanto, lo que debemos hacer en el ejercicio de nuestro amor, es mantener una disposición perdonadora que nos lleve a resolver los conflictos, no conforme a nuestros deseos o a nuestros caprichos sino conforme a los principios revelados por Dios en Su Palabra. La Biblia dice que “el amor cubre las faltas” (Pr.10:12)
¿Qué significa esto de que el amor cubre las faltas?
Tratar con el pecado y las ofensas de los demás bíblicamente, buscando la reconciliación con nuestro cónyuge que nos ha ofendido. Eso es lo que significa “cubrir el pecado”. Y a menos que ese espíritu no sea desarrollado en un matrimonio, será imposible cultivar una buena relación conyugal.
Hay personas que piensan que las ofensas se evaporan con el paso de los años o que los problemas son biodegradables. Pero eso no es así. Las ofensas que no se curan adecuadamente dejan marcas en el corazón y esas marcas nunca nos permitirán relacionarnos con nuestro cónyuge con libertad y confianza, nunca. Hay matrimonios que se han pasado los años acumulando ofensa tras ofensa, son tantas, que ni él ni ella son capaces de almacenarlas todas en su mente ¡de tantas que son!.
Es por eso que algunos llegan a preguntarse, “¿pero, cómo es posible que esta o aquella tontería haya causado un problema tan grande como este?”.
Lo que sucede es que eso no fue el resultado de una sola cosa, no fue la “tontería” aquella sino la consecuencia de años faltando el respeto; años tratando con aspereza y desconsideración, años sin decirse: “Buenos días mi amor “ cuando se levantan por la mañana”, años sin darle un beso a la esposa cuando se va o cuando regresa del trabajo, y todo eso acumulando más y más, entonces la ultima “tontería” que pasó no fue más que el detonante.
Debemos tomar estas cosas muy en cuenta porque eso es lo que ocurre cuando no se tratan los problemas bíblicamente, con un espíritu perdonador en el matrimonio.
Escrito por:
Pastor Felix Monegro, Director de producción y locutor de nuestra emisora
Angel Berrio / 27/03/2020, (12:45 pm)
Una exelente base de cosejos mesurados para adoptarlos a nuestra vida personal. Y argumentos muy valiosos que nos permiten buscar acercamientos cuando nos crresponda actuar como “arbitros” o cosejeros de parejas. Gracia y Paz mi hermano.
Dulce Herrera / 29/03/2020, (8:06 pm)
Muy bonito mensaje. Dios lo bendiga y nos ayude a ponerlo en práctica con nuestro cónyuge.