Abraham no fue justificado por las obras, sino que su fe en Jesús le fue contada por justicia.
Escrito por Eternidad Plus el 11/10/2018
Abraham no hizo nada para merecer ser buscado y encontrado por Dios.
Jesús dijo “Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó. Entonces le dijeron los judíos: Aún no tienes cincuenta años, ¿y has visto a Abraham? Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy” (Jn.8:56-58).
El testimonio bíblico registra que Abraham se gozó al saber que de su descendencia vendría el Mesías, y esa fe en la certeza de que la salvación sería provista por Dios en el Mesías prometido, le fue contada por justicia (Gn.15:6; Ro.4:3; Ga.3:6). Jesús es la justicia de Abraham y la justicia de los verdaderos hijos de Abraham (Ro.9:6-7).
Dios muestra en Abraham cómo Él soberanamente tiene la iniciativa de buscar a hombres pecadores para amarlos de manera incondicional a través de un pacto unilateral e inquebrantable que Dios inicia, que Dios mantiene y que Dios cumple.
Abraham no hizo nada para merecer ser buscado y encontrado por Dios. Todo lo contrario, Abraham había sido un arameo idólatra, mentiroso y pecador, sin descendencia y a punto de morir (Dt.26:5), y Dios lo salvó y le prometió una innumerable descendencia de la cual vendría el Redentor de muchedumbre de gente de entre todas las naciones.
“Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo” (Ga.3:16).
El héroe de la historia es el Cordero Perfecto que quita el pecado del mundo. El Padre proveyó la justicia perfecta entregando al Hijo Jesucristo. Abraham siguió viviendo una vida imperfecta hasta su muerte, pero su fe en Jesús le fue contada por justicia. Mientras Abraham en su pasado arriesgó la pureza de su esposa en Egipto para salvar su vida, Jesús entregó su propia vida para guardar a su novia, la iglesia, los verdaderos hijos de Abraham, en inmarchitable pureza, hasta Su retorno para celebrar las bodas del Cordero.
Escrito por:
Pastor Arturo Perez, panelista del programa: “La ventana 990” que se transmite por nuestra emisora.