10 cosas a tomar en cuenta a la hora de los conflictos
Escrito por Eternidad Plus el 09/08/2016
La presencia de conflictos en nuestras relaciones es algo que no debe sorprendernos. Vivimos en un mundo caído y complicado, y nosotros somos criaturas complicadas y caídas. Siendo este el caso, tendremos conflictos en todas nuestras relaciones: en nuestros matrimonios, con nuestros hijos, con nuestros padres y amigos. En algún momento, de alguna manera, habrá algún impasse. Los conflictos tocarán a tu puerta, y muchas veces los dejarás entrar, porque nuestro pecado continuamente entromete sus narices.
Las mujeres tenemos la característica de ser muy relacionales, nos encanta conectar y damos prioridad a las relaciones. Esta misma característica muchas veces nos lleva a evitar los enfrentamientos. No queremos que nuestras relaciones sean afectadas, y en ocasiones pensamos erróneamente que los conflictos desaparecerán si los ignoramos. Decidimos vivir con el elefante gigante en la habitación del que nadie quiere hablar. Los conflictos no van simplemente a desaparecer, necesitan ser tratados.
El enfrentar las dificultades que llegarán en nuestras relaciones es aprovechar una oportunidad para que la gracia triunfe. Cuando consideramos tener esa conversación difícil, con una disposición a resolver la situación y reconocer nuestras faltas, estamos reconociendo nuestras debilidades y abrimos paso al obrar de Dios en nosotras.
¿Cómo podemos enfrentar mejor los conflictos?
1. Procura hablar lo más pronto posible.
Si estás en medio de una dificultad, no le des largas a esa conversación. Mientras más pasa el tiempo, más difícil se vuelve, y más oportunidad le damos al pecado. “Enójense, pero no pequen; no se ponga el sol sobre su enojo, ni den oportunidad al diablo”, Efesios 4:26-27.
2. Permanece en la situación que necesita ser tratada.
¡No seas histórica! Trata de no traer cosas a la conversación que no tienen que ver con lo que necesita ser tratado. “La lengua del sabio hace grato el conocimiento, Pero la boca de los necios habla necedades”, Proverbios 15:2.
3. Presta atención a las faltas que el otro te está señalando.
No podemos ir a resolver un conflicto con la mentalidad de que somos perfectas y no hemos fallado. Ve con la disposición de escuchar y examinar tus propias acciones y actitudes. “El que adquiere sabiduría ama su alma; El que guarda la prudencia hallará el bien”, Proverbios 19:8.
4. Evita generalizar.
Trata de no usar las palabras siempre y nunca. “Hay quien habla sin tino como golpes de espada, pero la lengua de los sabios sana”, Proverbios 12:18.
5. Evita los insultos personales y las palabras que destruyan el carácter.
Examina cuidadosamente tus palabras y procura que cada una de ellas sea dicha con la intención de edificar. “No salga de la boca de ustedes ninguna palabra mala, sino sólo la que sea buena para edificación, según la necesidad del momento, para que imparta gracia a los que escuchan”, Efesios 4:29.
6. Confronta con la verdad y afirma con amor.
El amor y la verdad no están separados el uno del otro. Di la verdad en amor. “Muerte y vida están en poder de la lengua…”, Proverbios 18:21.
7. Escucha para aprender.
Debemos ser prontas para escuchar y tardas para hablar. “El que responde antes de escuchar, cosecha necedad y vergüenza”, Proverbios 18:13.
8. Enfrenta la situación para sanar, no para ganar.
No podemos tratar de resolver un conflicto si vamos con la intención de demostrar que tenemos la razón. Necesitamos ir con un corazón humilde. “El que retiene sus palabras tiene conocimiento, Y el de espíritu sereno es hombre entendido”, Proverbios 17:27.
9. Ve en total dependencia del Señor.
No podemos solas. Separadas de Él no hay nada que podamos hacer. Dependamos de Él en oración antes, durante, y después de enfrentar el conflicto. Busquemos de su sabiduría para enfrentar nuestra situación. “Y si a alguno de ustedes le falta sabiduría, que se la pida a Dios, quien da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada”, Santiago 1:5.
10. Recuerda lo que recibiste de Cristo.
Por la obra de Cristo, nosotras hemos recibido el perdón de nuestros pecados. No importa lo grande de nuestro pecado, en la cruz encontramos perdón. Busca dar el mismo perdón que has recibido. Si Él, siendo perfecto perdona nuestros pecados, cuánto más deberíamos hacerlo nosotras, mujeres pecadoras. “Sean más bien amables unos con otros, misericordiosos, perdonándose unos a otros, así como también Dios los perdonó en Cristo”, Efesios 4:32.
https://www.thegospelcoalition.org/coalicion/article/cuando-los-conflictos-tocan-tu-puerta