Un libro maravilloso
Escrito por Eternidad Plus el 14/08/2014
Se acerca el mes de la Biblia, y hemos considerado acertado dedicar nuestra primera publicación a la defensa de lo irrefutable, maravilloso y único que es este libro (o conjunto de libros) inspirado por el Señor.
La palabra “biblia” procede de una palabra griega que significa “libros”. En definición, la Biblia es un libro compuesto por 66 libros. La Biblia hace referencia a sí misma como “escrituras” o “palabra de Dios” (2 Timoteo 3:16 por ejemplo), y se divide en dos partes: el Antiguo Testamento, compuesto por 39 libros; y el Nuevo Testamento, compuesto por 27. Dentro del Antiguo Testamento se encuentran (en este orden):
- El pentateuco, o los 5 libros de la ley
- Los libros históricos, que hablan de la historia del pueblo de Israel y suman 12 libros (desde Josué hasta Ester)
- Los poéticos, que son: Job, Salmos, Proverbios, Eclesiastés y Cantares
- Los proféticos, divididos en profetas mayores y menores
Por su parte, el Nuevo Testamento se compone de:
- Los evangelios (Mateo, Marcos, Lucas y Juan) y el libro de los Hechos
- Las 13 cartas que Pablo escribe a las iglesias (desde Romanos hasta Filemón)
- 8 cartas generales, que incluyen las cartas de los apóstoles Santiago, Pedro y Juan así como Judas y el Apocalipsis.
La Biblia, por otra parte tiene como libro algunas características que tiene mi lector que aceptar como únicas ya sea que la considere como verdad o como mito. Fue el primer libro impreso por el hombre al inventarse en el 1,450 la imprenta en Alemania. Es también éste el libro más distribuido del mundo, así como también ha sido más traducido que cualquier otro libro, alcanzando algo más de 1,200 idiomas y 1,000 dialectos distintos.
Tiene la peculiaridad de que fue escrito por alrededor de 40 autores distintos, con profesiones bien distintas, en un período de 1,500 años (desde el 1,400 a.C. hasta el 95 d.C.) y en lugares distintos. Fue originalmente escrita en 3 idiomas: el hebreo, el griego y el arameo y consta de una gran diversidad literaria. Esto quiere decir que no se escribió de una única manera literaria, si no que podemos encontrar entre sus páginas poesía, historia, derecho, biografías, genealogías, entre otros. A pesar de dicha diversidad, existe en ella una asombrosa unidad en cuanto a su tema, en otras palabras, no es incoherente, apuntando todos sus libros de una u otra manera hacia un tema o una historia única narrada entre sus páginas.
Otro dato que no se puede pasar por alto es la asombrosa supervivencia que ha tenido un libro tan atacado a través de la historia. A pesar de toda la oposición y persecución que ha sufrido el cristianismo a través de la historia, hoy en día se sigue estudiando y leyendo este libro que en tantas y tan fieras ocasiones ha sufrido persecución.
En cuanto a la veracidad y autenticidad de sus escritos, la Biblia consta de ciertos aspectos peculiares bastante llamativos que son muy difíciles de refutar para el más estudiado de los historiadores. Todo antiguo escrito se escribió en materiales difíciles de archivar y conservar debido a su composición física, es decir, las pieles y los demás materiales (como el papiro) usados para plasmar alguna escritura se deterioraban con el tiempo, por lo que para asegurar su supervivencia se había de copiar el texto en otros lugares para así conservar la existencia de este. Dichas copias son llamadas manuscritos. Mientras más copias o manuscritos se encuentren de un escrito, más comprobable será la existencia y autenticidad del mismo.
También para clasificarlo de auténtico y veraz cuenta la cantidad de años que transcurrieron entre sus copias. Mientras más tiempo de diferencia entre ellas haya, es sujeto el escrito a un mayor margen de error. De la Biblia, por ejemplo, se han encontrado alrededor de 5 mil manuscritos o copias en griego del Nuevo Testamento que fueron escritos con alrededor de 150 años de diferencia entre ellos, lo cual es muy poco tiempo en comparación con el tiempo transcurrido entre otros escritos que consideramos veraces. Por esto y por otras cosas es este un libro cuya autenticidad y veracidad pueden ser asombrosamente bien comprobadas, debido al abundante material de referencia (copias y fragmentos) que de él se ha encontrado.
Pero ¿por qué afirmo yo que la Biblia es la palabra de Dios? Puedo darle a mi lector algunos argumentos que evidencian mi afirmación. La primera de ellas es la Biblia misma. La Biblia pretende ser la palabra de Dios, lo afirma así más de dos mil veces en todo el Antiguo Testamento y alrededor de 40 pasajes del Nuevo Testamento utilizan la frase “la palabra de Dios” para referirse a ella.
Pero puede mi lector preguntarse por qué sería dicha afirmación un argumento a favor, pues “el papel aguanta lo que en él se escriba”. Bueno, el simple hecho de que un escrito afirme ser palabra de Dios no convierte la afirmación en real por sí misma, pero el hecho de que no lo afirmara fuera un argumento en su contra. También existen evidencias externas a ella que lo prueban y aquí las menciono con brevedad:
- La Biblia hablaba mucho tiempo antes de aspectos científicos reales que la ciencia discutió y descubrió tiempo después, como lo es la redondez de la tierra (Isaías 40:22), el hecho de que la vida de cualquier ser viviente está en su sangre (Levíticos 17:11), el hecho de que la tierra está suspendida sobre la nada (Job 26:7) o la descripción del ciclo del agua (Eclesiastés 1:6-7).
- La Biblia habla de aspectos arqueológicos que se creían falsos y que fueron comprobados por la arqueología tiempo después, como la existencia de regiones y de personajes históricos (como, por ejemplo, faraones).
- La Biblia contiene entre sus páginas una serie de profecías sobre la venida de Jesús, el mesías, que se cumplieron al pie de la letra, un hecho que no puede ser pasado por alto por ningún estudioso de la historia.
Bien, habiendo dejadas plasmadas algunas evidencias externas e internas resumidas con mucha brevedad (dejaré unos links a los que me he referido y podrán ustedes hacer lo mismo al final de este escrito para abundar en cada una de mis evidencias) quisiera dar una evidencia personal de por qué sostengo que la Biblia es la palabra de Dios.
Mi estimado lector, yo sé que la Biblia es la palabra de Dios porque su verdad transformó la vida de una persona con un corazón malvado, la vida de una persona que rechazaba hacer el bien con todas las fuerzas que tenía. Y esa persona fui yo. La Biblia me enseñó que soy un pecador que ha merecido ser condenado desde el día que nació, pero que sin embargo sólo ha recibido misericordia de parte del Dios contra el que se rebelaba a cada segundo. Me enseñó que no hay en el mundo una sola persona que no se haya rebelado contra ese Dios, que no hay justicia en ningún ser humano creado (Romanos 3:9-19). Pero también me enseñó el glorioso mensaje de que se puede alcanzar la misericordia de ese Dios al que me rebelé, debido al gran amor de ese Dios hacia mí y su gran deseo de salvarme (Juan 3:16). Me enseñó que hubo alguien que pagó por todos los pecados que he cometido y que cometeré durante toda mi vida por la sangre que derramó por mí en la cruz. (1 Juan 1:7). Y esa verdad cambió mi vida.
Yo soy el mejor argumento que tengo para defender la maravillosa verdad de que el evangelio que predica mi Biblia es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree (Romanos 1:16) y que su verdad es viva y eficaz y más cortante que toda espada de dos filos, y penetra hasta las entrañas (Hebreos 4:12).
Quiero dedicar mis últimas líneas a estimular a mi lector a que ponga a prueba mi argumento, a que vaya a las escrituras y las estudie porque: “…éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre” (Juan 20:31).
Finalmente, debo humildemente confesar que me fueron de invaluable ayuda un audio del pastor Arturo Pérez de “Contexto bíblico” (programa al que podrás acceder dentro de poco en nuestra página) y unos artículos del blog “Todo pensamiento cautivo” (podrás encontrarlo en nuestra ventana “Recomendamos”) del pastor Sugel Michelén de los cuales aquí anexo los links.
Será hasta una próxima ocasión, me despido deseándole a mi lector la bendición del Señor.
Links de “Todo pensamiento cautivo”
https://www.todopensamientocautivo.com/2009/11/la-biblia-es-inerrante-y-sorprendentemente-coherente/